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Mostrando entradas de julio, 2017

Peter Pan 2.0 (Continuación)

Pasan los días y sigues sin aparecer, no has vuelto a aparecer por mi ventana como aquella noche. Cada noche me asomo a la ventana a la misma hora a ver si estás ahí. Pero sigo sin ver tu sonrisa huidiza destacar en la oscuridad de la noche. Ya ha pasado una semana y sigues sin volver, así que yo ya no me molesto en asomarme al balcón. Hasta que, hace ya dos noches, volviste a tocar mi ventana. Estaba sentada sobre mi cama con mi laptop entre las piernas, y con una botella de agua fría entre las manos intentando pensar unas cuantas líneas con las que rellenar mi pequeña pantalla blanca e iluminada. Hasta que empezó a sonar algo en mi ventana. Sonaba con rapidez, fuerza y mucha insistencia. Así que me levanté a ver qué ocurría. Abrí la ventana y me asomé, no había nadie. Aproveché y salí a tomar el aire. Me apoye en la barandilla y dejé que el aire me hiciera cosquillas en las mejillas. Cuando menos me lo esperé, alguien se puso detrás de mí y me tapo los ojos. Me giré y te vi con tu

¿Alguien me contesta a la pregunta?

¿Alguien sabe porque muchos escritores crean mundos de fantasía en vez de basar sus historias en el mundo real, el que de verdad les rodea? Creo tener la respuesta para eso. Los lugares imaginarios que se inventan los escritores, como la escuela de magia y hechicería Hogwarts ( Hogwarts School of Witchcraft and Wizardry ) de los libros de J.K Rowling, o el reformatorio de Espada & Cruz ( Sword & Cross) de los libros de Lauren Kate, o Watford del libro de Fangirl de Rainbow Rowell; son lugares que han creado los escritores para salir del mundo que los rodea y adentrar en un lugar donde se sienten cómodos y seguros. Porque a muchas personas que leen no les gusta el mundo real, por un motivo u otro, prefieren leer y adentrarse en un mundo inexistente a quedarse observando su mundo. Muchas personas deciden compartir su trabajo porque al igual que a esa persona le ha ayudado escribir esa historia puede que ha otra le ayude leerla. A la gente les ayuda leer esas historias, y a los

Peter Pan 2.0

Fuiste la sonrisa fugaz que vi por la noche y que se desvaneció con el calor de la mañana. La que dejo su huella en mi memoria. Fuiste la risa que soy incapaz de olvidar y que resuena en mi cabeza como una melodía pegadiza. Fuiste la persona más extraña que paso por mi lado. Te posaste una noche, a las 11:10, en el balcón de mi ventana, me sonreíste de manera huidiza y me hiciste un gesto para que te abriera la ventana. Dejé mi ordenador a los pies de la cama y me levanté. Te miré a esos hondos ojos verdes, y finalmente te abrí la ventana. Me sonreíste y agarrándome de las manos me sacaste al balcón. Recuerdo mirarte y oírte decir: << Algún día, tú iras por todo el mundo escribiendo historias sobre los lugares que visitarás, y yo estaré siempre ahí para lo que necesites, ¿te parece bien?>>. Lo dijiste con la mirada perdida, sin mirar a ninguna parte en particular. Me di la vuelta y con atención, miré mi pequeña ciudad iluminada. <<Me parece que no es un mal plan>

Si pudieras cambiar cualquier cosa de tu pasado, ¿que cosas cambiarías?...

La gente me pregunta: <<Si pudieras cambiar cualquier cosa de tu pasado, ¿qué cosas cambiarías?>>. Yo no estoy muy segura de si querría cambiar alguna cosa de mi pasado. Porque por ser pasado, al cambiar un simple y pequeño detalle, puede que no llegues a vivir la historia a la que estas destinado. Si cambiara algún detalle de mi pasado, no habría conocido a mi mejor amiga, no habría tenido jamás a mi mascota, jamás me habría tropezado con uno de mis mejores amigos y caerme al suelo al conocernos, jamás hubiera jugado al BSR y no habría conocido a mis amigos, jamás hubiera ido al campus y no le habría conocido a ninguno de ellos, jamás habría conocido a ese pequeño tarado que corría conmigo por los pasillos del colegio para echar carreras a la hora del patio. Puede que, si les hubiese conocido, pero la historia no hubiera sido la misma, y no acabaría como estaba destinada. Por eso yo no querría cambiar mi pasado. Si lo cambiara, perdería cosas que me hacen ser como soy,

R, el chico cachopo

Hoy vengo a contar la historia de una persona que realmente me impresiono. La historia de un muchacho en silla de ruedas, del cual me llevo un muy buen recuerdo. Su nombre es R, o por lo menos ese es su nombre para nosotros. Era un muchacho de pelo oscuro, casi del color del carbón, con ojos de color marrón muy claro y con la sonrisa muy grande. No se podría decir que fuera muy normal, era único a su manera de ser supongo. Al fin y al cabo, ¿no somos todos únicos a nuestra propia manera de ser? ¿Habría después de todo algún tipo de normalidad? Era algo sencillamente, asombroso. Sonreía, y sonreía, y los ojos le brillaban de alegría. La historia que cuento hoy no es una historia de amor como las que suelo escribir, sino que más bien es una historia de amistad instantánea y que probablemente llegase a ser duradera. Siempre tenía una razón para ver el lado bueno de las cosas por lo que pude llegar a ver. Nos conocimos en un campamento de 4 días este verano. Su alegría era contagiosa, co

Tú y yo...

Tú y yo seguimos siendo mundos paralelos que pueden cruzarse o perderse intentando encontrarse. ¿Por qué me siento atraída a ti como un imán al metal? No llego a comprender porque al estar tú lejos una parte de mí parece querer desvanecerse contigo y descoserse de mi piel. Sentirse incompleta como una historia a la que le faltan capítulos o una declaración de amor a la que le falta valentía. Sentir un vacío profundo que ocupe cada centímetro de tu corazón y que, ya habiendo completado ese lugar, se extiende de manera veloz haciendo que ya ocupe cada centímetro de tu cuerpo. Pero eres capaz de rellenar ese vacío con un simple mensaje y una pantalla de teléfono iluminada. Ese mensaje… esa pantalla iluminada… aunque es tan poquita cosa es capaz de alegrarnos, de dibujarnos una sonrisa inconsciente en el rostro, de hacernos temblar las manos, de hacernos suspirar, o de hacernos reír. Es impresionante lo que puede hacer un mensaje de texto. Puede cambiar historias. Estas al mismo tiemp

Dos personas tan distintas y tan iguales...

Nathan y Dante, personas tan distintas y parecidas a la vez, dos personas que no se conocen, que no se han visto jamás pero que son tan parecidas… Solo les conecta una cosa, que les conoce una misma persona. Los dos, grandes personas, divertidos, caballeros de blanca armadura y negro corcel; los dos, príncipes azules para alguien. La misma sonrisa, el mismo carisma, la misma alegría, el mismo deporte, la misma amiga y compañera de equipo. Ellos no se conocen entre sí, pero yo si les conozco a ellos. Frente el cristal de mis ojos eran sencillamente el reflejo del espejo del otro. Tan sencillos y tan complicados al mismo tiempo. Libros cerrados con candados de los cuales pocos conseguían la llave para conseguir averiguar que había tras esas páginas blancas y finas. Enigmas andantes difíciles de resolver. Enigmas que te sujetaban de la mano y te ayudaban pero que no llevaban un solucionario consigo para darte las respuestas. Te hacían reír, te hacían brillar los ojos, te hacían sentir

Podía escoger a miles y acabaste siendo tú...

Podía escoger a un montón de personas en vez de a ti. Pero te escogí, por inercia. No sé. La estela que dejabas a tu paso y el aura gris que había a tu alrededor me atraía, como la luz a una polilla. Tenías un aire misterioso, interesante, cuando te conocí; cuando empecé a interesarme por ti. Esos ojos marrones y oscuros eran como un pozo sin fondo en el que me atreví a caer, y por ahora no sé cómo salir de él además de no tener a nadie que me ayude a salir de ahí. No sé qué magia había de por medio, pero si querías que funcionara, lo conseguiste. ¿Contento? No sé porque me molesto siquiera, en hablar de ti, porque, aunque yo te importo, no es de la manera que yo pienso que tendría que ser. Me aterras, lo admito. Me aterra mirarte a los ojos, me aterra sonreírte, me aterra que hagas a mis ojos brillar, me aterra hablarte, me aterra decir lo que siento por ti. Porque si lo dijera, mi mundo se desvanecería, y me quedaría flotando entre una realidad y la otra. ¿Por qué tomarme tantos rode