Dos personas tan distintas y tan iguales...
Nathan y Dante, personas tan distintas y parecidas
a la vez, dos personas que no se conocen, que no se han visto jamás pero que
son tan parecidas… Solo les conecta una cosa, que les conoce una misma persona.
Los dos, grandes personas, divertidos, caballeros de blanca armadura y negro
corcel; los dos, príncipes azules para alguien. La misma sonrisa, el mismo
carisma, la misma alegría, el mismo deporte, la misma amiga y compañera de
equipo. Ellos no se conocen entre sí, pero yo si les conozco a ellos. Frente el
cristal de mis ojos eran sencillamente el reflejo del espejo del otro. Tan
sencillos y tan complicados al mismo tiempo. Libros cerrados con candados de los
cuales pocos conseguían la llave para conseguir averiguar que había tras esas páginas
blancas y finas. Enigmas andantes difíciles de resolver. Enigmas que te sujetaban
de la mano y te ayudaban pero que no llevaban un solucionario consigo para
darte las respuestas. Te hacían reír, te hacían brillar los ojos, te hacían
sentir una más. Te animaban a continuar, te ayudaban a levantarte y te
acompañaban todo lo que hiciera falta. Te hacían sentir una más. Te hacían sentir
la magia entre los dedos deseando salir. Les mirabas a los ojos y podías
sentirte seguro. Tenían una magia, una fuerza de voluntad, que te empujaba a
hacer cualquier cosa que te propusieras con gran ilusión y entusiasmo. Ese era
su poder, su habilidad, su magia secreta. Una magia que dentro de un tiempo sería
capaz de cambiar del mundo y convertirlo en un lugar maravilloso. Puede que eso
sea lo que tienen en mente.
- R- Girl
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