R, el chico cachopo
Hoy vengo a contar la historia
de una persona que realmente me impresiono. La historia de un muchacho en silla
de ruedas, del cual me llevo un muy buen recuerdo. Su nombre es R, o por lo
menos ese es su nombre para nosotros. Era un muchacho de pelo oscuro, casi del
color del carbón, con ojos de color marrón muy claro y con la sonrisa muy
grande. No se podría decir que fuera muy normal, era único a su manera de ser
supongo. Al fin y al cabo, ¿no somos todos únicos a nuestra propia manera de
ser? ¿Habría después de todo algún tipo de normalidad? Era algo sencillamente,
asombroso. Sonreía, y sonreía, y los ojos le brillaban de alegría. La historia
que cuento hoy no es una historia de amor como las que suelo escribir, sino que
más bien es una historia de amistad instantánea y que probablemente llegase a
ser duradera. Siempre tenía una razón para ver el lado bueno de las cosas por
lo que pude llegar a ver. Nos conocimos en un campamento de 4 días este verano.
Su alegría era contagiosa, como una onda que se extendía por la habitación en
la que estuviera. Era sencillo, verdaderamente sencillo. Era muy bueno jugando
al baloncesto (por lo que yo vi). Cuando nos conocimos nos sentamos juntos en
el círculo que hicimos todos juntos en el polideportivo y yo al lado suyo.
Recuerdo oírle decir: << ¡Hola! Me llamo R y me gusta el cachopo>>.
Me hizo gracia y me reí un poco, pero tampoco pude decir mucho más porque yo me
definí como una especie de “biblioteca andante”. En ese momento, cuando le miré
a la cara, cuando le miré a los ojos; pude llegar a ver una persona decidida,
entusiasta, valiente, graciosa, exagerada y puede que hasta un pelín caradura.
Sin darse cuenta era capaz de compartir su alegría a las personas que se
encontraban a su alrededor. La verdad es que yo fui una de esas personas que recibió
el calor de su alegría. Le alegraba jugar el baloncesto, y eso eras capaz de
saberlo sin conocerlo demasiado, de eso ya eras consciente cuando le mirabas
con el balón en las manos. Se divertía, y no le importaba lo que le dijeran los
demás. Recuerdo sentarme con él y el resto de chicos aquella noche, en esa
velada. Nos lo pasamos muy bien, nos reímos tan alto que tuve la sensación de
que nos oiría todo el mundo. Pero no me importo lo más mínimo, lo único que
realmente me importo en aquel momento fue las risas de mis compañeros mezclada
con la mía. Recuerdo una mañana, en una de las actividades que hicimos, su cara
pintada completamente de azul, ese fue el único momento que creo que pudiera
aguantar la risa. La última velada, creo que fue una de las mejores, aquella
noche tuvimos que escribir dos deseos al lado de dos velas pequeñas de cera
blanca. Mis deseos fueron pasármelo bien esa última velada, y conseguir los números
de teléfono de mis compañeros. Uno de los deseos de R fue que le dieran un
abrazo, recuerdo ir a su mesa, mirar el pequeño papel con el deseo escrito y la
vela sin apagar, cogerlo e irme directamente hasta a él, levantarme y abrazarle
con fuerza. Resulta que era el tercer abrazo que le daban, por no apagar la
vela, pero la verdad es que me daba igual. El último día de campamento, ninguno
de los que estábamos allí queríamos que llegara, por un motivo u otro. Mis
padres llegaron a recogerme, y del primero que me despedí fue de él. Me
levanté, le abracé y del puro temblor que tenía en las piernas casi me caí
sobre él. Sentí una especie de terremoto bajo mis pies. Fue el primer y único
abrazo de toda mi vida que me llego a doler, no se aún el motivo. Nada más
pasar unas horas de habernos despedido ya nos estábamos escribiendo y riendo
diciendo de que él cogería el AVE y yo el bus para volver, fue una cosa
impresionante. Supongo que me acostumbré a hablar con él. Debo decir y tengo fe
en no equivocarme, que ha sido una de las personas más importantes e
interesantes que han firmado en el libro sobre la historia de mi vida. Y doy
por seguro que no me olvidaré de él hasta dentro de muchos, muchos años. A
estas alturas ya he de admitirlo, le he cogido muchísimo cariño. Espero que él
a mí también un poco.
- R-Girl
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